Esta noche, blanca de suspiros,
blanca y tan vacía sin tus huesos,
esos huesos que atajaron mi cordura,
caminando por mis manos de esperanza
musitando una nana con la luna.
Otra vez me dejaste medio abierta,
esa puerta de tu armario de ilusiones
ya sin nada en su interior que me mantenga
suspendido en aquel año de pasiones.
Mas la fiebre que me trajo a tus regazos,
no será suficiente en esta vida,
para andar mil caminos soportando
los retazos de este alma dolorida.
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