miércoles, 7 de noviembre de 2012

La luz de tu sonrisa

Volvería a aquellos días de otoño sin tu risa,
en los que el tiempo era un aliado extraño
y mis domingos se hacían largos y caducos,
para buscarte al alba allí donde estuvieras.

Si me dijeran que los años me traerían tus brazos
y la sensación de frío se pasaría al verte,
me hubiera adelantado al tiempo, gritándote en la tarde,
regalándote abrazos, sinceros y valientes.

Sin embargo me encuentro, encerrado en la noche,
en mi escalera gris que ni sube ni baja,
en este otoño frío cuya luz me adormece,
viendo pasar tu risa, como una brisa fresca
de una tarde de abril que de pronto se escapa.

Y como aquellos puentes, caducos y olvidados,
continuaré mi senda sin tu luz penetrante,
de largos trazos rojos, que me han dado la vida,
de este noviembre ausente, aunque sea en un instante.