lunes, 29 de junio de 2009

Canutillos de pasta rellenos de calabacín, gambas y piñones con salsa de tomate a la reducción de PX


El otro día en una cena con unos grandes amigos, uno de ellos me comentaba que su cocina, la mayoría de las veces, consistía en abrir la nevera y cocinar con lo que tenía en ese momento. Esta maravillosa técnica, que muchos de nosotros hemos practicado sobre todo si has vivido en un piso de estudiantes, fue la que, ya hace unos años, utilizé cuando surgió este plato (aunque ya no era estudiante). Y es que la pasta pega con prácticamente todo y ese día, tenía gambas congeladas, calabacín, nata y tomate triturado.Ya por esa época me gustaba la cocina creativa y, sobre todo, los emplatados algo distintos por lo que pense en montarlo de una forma que entrara algo mas por la vista, base fundamental en la cocina. Como los canelones hacen que tengas que trabajar mucho enrollando, yo utilizo placas de la lasaña y, de esta forma, trabajo la mitad (el tiempo es el oro del siglo XXI). El plato nos gustó mucho y doy fé que se ha convertido en uno de los platos favoritos de un (no)primo (a)politico mío con el que comparto el gusto por la vitrocerámica y la cerveza aunque no tanto por el tipo de música que escuchamos...


Ingredientes (para 2 personas):

6 placas de lasaña

1/2 calabacin

1 zanahora pequeña

1 cebolla grande

1 paquete de nata pequeño (200 ml)

1 lata de tomate frito casero

Piñones

200g de gambas

Vino Pedro Ximenez (Utilizar dulce u oloroso si no se tiene)

Pimienta blanca

Aceite

Sal

Azucar


Preparacion:

Trabajaremos con 2 sartenes en las que iremos preparando, por un lado, la salsa de tomate, y por otro, el relleno de calabacín y gambas.

Para el relleno:

Partiremos 3/4 de la cebolla lo máximo posible y la pondremos en una sarten con algo de aceite para que se vaya pochando. Haremos lo mismo con el calabacín y cuando la cebolla este de ese dorado tan rico, se lo incorporaremos para que charlen un rato a fuego medio. Cuando lleven unos 15 minutos incorporaremos los piñones y las gambas (peladas y troceaditas). Debemos reducir el agua que sueltan las gambas durante la coccion y, si fuera necesario, tirar el exceso de esta. Acto seguido incorporaremos la nata, y daremos un toque de pimienta blanca y sal al gusto. Bajaremos el fuego y dejaremos que la nata espese y se reduzca.
Para la salsa de tomate:

A la vez que hacemos el relleno, picaremos el cuarto de cebolla que nos quedaba, poniéndolo en otra sarten con un poquito de aceite para que se dore. Limpiaremos la zanahoria, la pelaremos y la picaremos en daditos pequeños. La incorporaremos con la cebolla. Cuando esten pochados, se incorpora el tomate frito casero (a mi me encanta el de Mercadona) y si no tenemos pues tomate natural triturado y tendremos que freirlo nosotros. Pondremos un chorreon abundante de Pedro Ximenez y dejaremos que se reduzca. Esto le dará un dulzor especial a la vez que hara que tome un color cereza del valle del jerte. Finalmente se pondrá un poco de azucar (solo para los que le guste el tomate algo mas dulce, e.g. mi caso) y algo de sal.
Como siempre, la pasta se puede cocinar al mismo tiempo que se hace la salsa poniendo abundante agua en una olla. Cuando rompa a hervir, se le añade abundante sal, una hoja de laurel y aceite para que no se pegue.
Cuando finalice, enfriamos las hojas de lasaña y podremos algo de relleno de nata dentro creado los canutillos. Montaremos el plato poniendo los rollos en un plato y poniendo la salsa de tomate por encima.
Espero que lo disfrutéis tanto como yo... como veis, la pasta es increiblemente versátil.

lunes, 22 de junio de 2009

Tiempo

El tiempo hace que lo simple se convierta en eterno
que tu risa me disfraze de ese hombre que,
aunque no lo parezca, me gusta ser en primavera.

El tiempo me recuerda que ya no soy un niño,
que quisiera seguir siéndolo, y que en tu mirada,
con un guiño insaciable, haga que lo sea eternamente.

El tiempo nos transforma, nos evade, nos estresa y nos etiqueta
en pequeños trozitos infinitesimales que forman cada día
un nuevo despertar en el paraíso de tus besos.

Oh tiempo!! no haré referencias a lo efímero, ni tampoco a la
cárcel que nos creas cada día. Hoy, cuando siento que el solsticio
me envuelte entre sus largas horas, no me importa saber que
parar el tiempo no es más que un sueño de una noche de verano.