Este año, parece que esta siendo un año normal respecto al tiempo. Todos los años anteriores hablabamos que si el tiempo estaba loco, que si hacía calor en Febrero y nos bombardeaban con un cambio climático que no podemos negar que exista pero que da la sensación que lo magnifican en los medios. Este invierno ha sido invierno y ha sido noticia que llueva cuando le tocaba. Ahora en Mayo, estamos sintiendo en Andalucía el comienzo de un estío duro y caluroso. Mayo se presenta como siempre, con temperaturas que coquetean con los 30º, con la alergia en su grado supino y con Córdoba, engalanada de fiesta, de cal en sus paredes y gitanillas, geranios, pensamientos, jazmines y buganvillas decorando las rejas y balcones de cada esquina. Huele a azahar cuando paseas por la mezquita y el mundo se para compartiendo un fino con los amigos que vuelven en Mayo buscando el premio a un duro año de trabajo. Mayo, grandeza condensada en 31 días de cruces, catas, patios y feria.
Se me ha venido a la cabeza un poema del tristemente desaparecido Ángel Gonzalez que siempre me ha gustado...
Se me ha venido a la cabeza un poema del tristemente desaparecido Ángel Gonzalez que siempre me ha gustado...
Canción de invierno y de verano
Cuando es invierno en el Mar del Norte
es verano en Valparaíso.
Los barcos hacen sonar sus sirenas al entrar en el
puerto de Bremen con jirones de niebla y de hielo
en sus cabos,
mientras los balandros soleados arrastran por la super-
ficie del Pacífico Sur bellas bañistas.
Eso sucede en el mismo tiempo,
pero jamás en el mismo día.
Porque cuando es de día en el Mar del Norte
—brumas y sombras absorbiendo restosde sucia luz—
es de noche en Valparaíso
—rutilantes estrellas lanzando agudos dardos
a las olas dormidas.
Cómo dudar que nos quisimos,
que me seguía tu pensamiento
y mi voz te buscaba —detrás,
muy cerca, iba mi boca.
Nos quisimos, es cierto, y yo sé cuánto:
primaveras, veranos, soles, lunas.
Pero jamás en el mismo día.
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