jueves, 14 de mayo de 2009

Cuando Mayo mayea


Este año, parece que esta siendo un año normal respecto al tiempo. Todos los años anteriores hablabamos que si el tiempo estaba loco, que si hacía calor en Febrero y nos bombardeaban con un cambio climático que no podemos negar que exista pero que da la sensación que lo magnifican en los medios. Este invierno ha sido invierno y ha sido noticia que llueva cuando le tocaba. Ahora en Mayo, estamos sintiendo en Andalucía el comienzo de un estío duro y caluroso. Mayo se presenta como siempre, con temperaturas que coquetean con los 30º, con la alergia en su grado supino y con Córdoba, engalanada de fiesta, de cal en sus paredes y gitanillas, geranios, pensamientos, jazmines y buganvillas decorando las rejas y balcones de cada esquina. Huele a azahar cuando paseas por la mezquita y el mundo se para compartiendo un fino con los amigos que vuelven en Mayo buscando el premio a un duro año de trabajo. Mayo, grandeza condensada en 31 días de cruces, catas, patios y feria.

Se me ha venido a la cabeza un poema del tristemente desaparecido Ángel Gonzalez que siempre me ha gustado...


Canción de invierno y de verano


Cuando es invierno en el Mar del Norte

es verano en Valparaíso.

Los barcos hacen sonar sus sirenas al entrar en el

puerto de Bremen con jirones de niebla y de hielo

en sus cabos,

mientras los balandros soleados arrastran por la super-

ficie del Pacífico Sur bellas bañistas.


Eso sucede en el mismo tiempo,

pero jamás en el mismo día.

Porque cuando es de día en el Mar del Norte

—brumas y sombras absorbiendo restosde sucia luz—

es de noche en Valparaíso

—rutilantes estrellas lanzando agudos dardos

a las olas dormidas.


Cómo dudar que nos quisimos,

que me seguía tu pensamiento

y mi voz te buscaba —detrás,

muy cerca, iba mi boca.

Nos quisimos, es cierto, y yo sé cuánto:

primaveras, veranos, soles, lunas.

Pero jamás en el mismo día.

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