La rutina me hacer volver a sentir que no soy libre
que todo se acaba en ese justo instante en que suena
el despertador de mis desesperanzas.
Atras quedan los rojos atardeceres en Kom Ombo
los besos que me regalaste en Luxor y en Karnak.
Atras quedan los abrazos en el Poppolo y los desayunos
en nuestro pequeño rinconcito de la cerdeña justo al
lado de San Giovanni in Laterano.
El tiempo se empeña en pasar cada dia y cada vez mas rápido
aunque nuestras retinas se encargarán de darle su merecido.
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