Recibiendo un correo de una amiga en la que estaban en copia muchos de mis amigos de la adolescencia y que todavia perduran he recordado un clan, logia o bueno... sinceramente hablando... un simple grupo llamado "La Pandilla Basurilla".
Para ser miembro de dicha pandilla solo hacía falta un simple, y para nosotros como miembros fundadores, sencillo requisito, no comerte un rosco desde tiempo inmemorial. Como socios fundadores estaba yo (por supuesto), J.M.M y J.d.l.V (ahora se lleva esto de las iniciales). Habia otro por ahí, un tal, D.P.S. que tambien queria ser miembro pero con su curriculum era como mínimo, imposible... con el tiempo opto por montar su propio club "Elite" al que solo pertenecia él.
La pandilla tuvo un tiempo de vida bastante corto ya que empezaron a irse los miembros fundadores por incumplimiento de la norma principal. Yo aguanté un poco mas de tiempo (para mi dudosa honrilla).
Esos años empiezan a quedar cada vez mas lejanos pero desde luego no creo que nunca pueda olvidar lo bien que nos lo pasamos con lo tontunos que eramos a dicha edad.
Un abrazo para todos los que hayan recordado ese trozo de nuestra vida.
Pego un articulo de Manuel Vicent en el que Ismael Serrano se basó para una de sus canciones (inédita). Se llama "Los torpes"
Las discotecas cierran a las ocho de la mañana porque hay gente muy torpe que necesita mucho tiempo para ligar. Si todos lo jóvenes fueran realmente seductores, la noche terminaría enseguida. A la una de la madrugada cada pareja estaría en su respectiva madriguera trabajando el amor y en las salas de fiestas sólo quedarían los camareros, pero ahora en la seducción también hay democracia y la música de las discotecas no cesa hasta que no liga el más desgraciado del local. Cenados y bien acicalados, los jóvenes inician la competición pasada la medianoche. En la oscura parrilla del viernes o del sábado, las mesnadas se concentran para abrevar en los lugares consabidos antes de que se efectúe el disparo de salida. Entonces se les ve avanzar en hacinados automóviles hacia las salas de fiestas traídos por una estrella de láser que desde el espacio les indica el camino. Dentro de cada discoteca se produce muy pronto una selección natural. Los rostros más atractivos se buscan entre ellos, las miradas más sugestivas comienzan a crear nudos ineludibles, el aura de unos cuerpos se va acoplando de forma magnética a otros cuerpos similares. Todo el trabajo de las hormonas se realiza en la primera hora de música. El resto de la noche ya no es naturaleza, sino un subproducto cultural. Alrededor de las dos de la madrugada, a los jóvenes más seductores de ambos sexos ya les sobra el alcohol y la música para alcanzar su objetivo. Gracias a la belleza, la pieza deseada ya está en sus brazos y con ella desaparecen en la oscuridad. Los que no logran superar el primer obstáculo permanecen en la fiesta para ver si surge una segunda oportunidad. Suele ser gente terciada que no liga hasta el aura clareada espoleada por la frustración. En la discoteca sigue la música con el sol en el tejado. Allí sólo quedan los torpes, los que a lo largo de la noche no han encontrado ni una sólo mirada. Dentro del resplandor del día, el cansancio tal vez les deparará otro resto del naufragio. Cuando se agarren a ese madero cesará la música.
1 comentario:
Creo que a mi me toca hacer la entrada aqui, por tener el dudoso honor de pertenecer a la pandilla basurilla. Y digo "dudoso" tras tu defición de la aceptación de sus miembros, que yo no conocía!!! De lo contrario, nunca hubiera entrado!!! jeje Yo recuerdo aquellos tiempos con añoranza, qué tontunos, como dices, pero qué buenos momentos, vivía para salir el viernes y el sabado, eran las mejores horas de la semana y al final viajaba semana si y semana no desde Madrid, ansiosa para reencontraros. Quien volviera atras por un rato, con esos sentimientos, esa inmadurez, esa alegria, cómo me he reido con tanto "pego", como se dice en Córdoba... He de decir que tú eras el Rey de los Pegosos..., cómo me he reido contigo!!!
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