En estos días en que el frío
se ha quedado a vivir entre mis huesos
un quiero sin un puedo en mi garganta
y la cercanía del suelo entre mis pies
me sorprendo cuando escucho cosas como que
la muerte no fue el fin de nuestras armas
o que la paz es la meta de un ejercito.
Entonces recuerdo tantos versos de maestros
en esto de escribir,
e ironizo y me caigo y me levanto
para seguir en esta vida que tenemos
que se torna, en la medida de lo posible, dura y esquiva.
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