lunes, 16 de noviembre de 2009

Memoria de pez

Siempre pensé, que tú, altanera

pagarías tus agravios igualmente

no teniendo en vida mayor suerte

que el de la nicotina dulce por tus venas.


Y quince años despues ya no lo pienso,

y conseguí olvidarte de una vez,

no sin soñar cada año, lo confieso,

en tener la memoria como un pez

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